arena y briza,
tierra querida,
me besas
me acaricias,
eres dedo de Dios,
tristezas,disipas.
En noches sin luna
nostalgia y soledad,
tu bello recuerdo,
es luz de primavera,
y marinera,
para zapatear.
Tierra querida
mi vida vuelve y navega,
en caballito de totora,
bajo tu dorado cielo,
que me vió nacer,
allá en el horizonte,
el vigilante ojo de Dios
me sonríe y alienta.
Quedaron atrás,
noches de ausencia
mortificación al alma,
ahora tus verdes valles,
nutren de miel todo mi ser.
Casa Grande
de mis años idos
casitas blancas de cal
casitas de quincha y adobe
casas con la ventana en el techo
casas pequeñitas de dos piezas
zócalos pintados,con alquitrán,
agua de un solo caño,
fábrica y campo,
el vagón,
el tren trayendo caña ,
y trabajadores del campo,
parroquia Sta. Terecita
del Niño Jesús
el Hospital,
el Cine,
sábados de cine
al aire libre,
un estadio
el producto barato,
el camal,
la leche
la Bodega Central,
un mercado,
la escuelita fiscal,
la Gran Unidad,
todos frecuentamos,
todos nos conocíamos,
éramos una sola familia.
Vecinos del ayer,
vecinos inolvidables,
niñez feliz,
de valores y porfías,
calles con aroma,
a caña de azúcar,
calles alegres y tranquilas,
donde mi juventud,
construyo sueños y metas,
tierra amada donde aprendí,
a querer por primera vez,
el testimonio de mis padres
me enseñó que el amor existe,
y que el verdadero amor es fiel.
De regreso por tus calles,
musitando remembranzas,
el alma no te encuentra…
¿donde están mis callecitas de antaño?
¿donde don Ananías y el Gordo,
vendiendo fruta fresca?,
¿donde el Paca paca, el Mamateta,
borrachines que todo el mundo apreciaba
y a los niños asustaba?.
¿Dónde está Don Carlitos Fernandez?
¿Don Sergio Muñoz y su Librería?.
¿Cuando callaron las campanas
de las seis y media de la mañana?
¿Cuando callaron el pito de la fábrica
de las cuatro, seis y cuarenta y cinco
y el de las siete de la mañana?,
¿de las once de la mañana,
del cuarto para la una de la tarde,
de la una,de las cinco de la tarde,
del cuarto para las ocho
y ocho de la noche?.
Esta todo tan cambiado,
estás todo tristemente diferente,
¿Donde nuestros árboles amigos
que a la calle Madre de Dios revestía?,
unas lágrimas enjuga el viento,
niñez que sus ramas y troncos
llevaron colgadas y escondidas.
Construcciones modernas,
pobladores forasteros,
indiferentes...no se conocen,
muchos dan pena,asustan,dan miedo,
¿donde el pueblo,acogedor, ordenado y limpio?.
He regresado de mi autodestierro,
después de muchos años ,
de mi amada y preciosa selva,
ahora vivo en la ciudad cerca al mar,
en el suelo que me vio nacer ,
y a mis hijos ayudó a crecer.
El dulce y la sal,
la caña de azúcar y el mar,
se que a mis restos han de acunar,
gracias mi Dios...cuando quieras
feliz estoy, ya puedo descansar
en mi maravillosa tierra,
¡¡¡La Libertad!!!
Autora: Adela Mendo Flores
Trujillo -Perú
22-05-2017