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miércoles, 5 de febrero de 2014

GESTIÓN MEDIO AMBIENTAL: problemas ambientales más comunes a los que se enfrenta el jefe de obra a diario

A continuación se detallan algunos de los problemas ambientales más comunes a los que se enfrenta el jefe de obra a diario durante la jornada laboral y qué puede hacer para evitarlos

Subcontratación

  • La intervención de subcontratas en las obras de construcción puede llegar a comportar problemas a la hora de asumir determinadas responsabilidades
    • Priorizar la contratación de aquellas subcontratas que apliquen sistemas de gestión medioambiental o que estén sensibilizadas al respecto
    • Adquirir el compromiso, por parte de la subcontrata, de cumplir con la legislación medioambiental Incluir cláusulas contractuales que especifiquen los acuerdos ambientales (responsabilidad en la gestión de residuos, tareas de limpieza, etc.) de una manera clara para evitar posibles conflictos con la empresa e incluso con otras subcontratas
    • Explicar el tipo de separación selectiva que se lleva a cabo en la obra y acordar de antemano quien es el responsable de la gestión de los residuos que genera la subcontrata
    • Formar al personal subcontratado en aquellos aspectos ambientales que son de aplicación durante el desarrollo de su actividad

Maquinaria, vehículos y medios auxiliares

  • Los grupos electrógenos provocan ruido y emiten gases molestos que contribuyen a potenciar el efecto invernadero
    • Contratar el contador provisional de obra con suficiente antelación para evitar el uso de grupos electrógenos
  • Los motores de combustión de la maquinaria de obra necesitan combustibles fósiles (recursos no renovables), emiten ruidos y gases molestos, perjudiciales para el medio ambiente
    • Prever el uso de maquinaria de bajo consumo, es decir, utilizar maquinaria más eficiente
    • Consultar al fabricante si dispone de equipos avalados con algún tipo de ecoetiqueta que garantice un mejor comportamiento ambiental (menor ruido, menor consumo, etc.)
    • Usar combustible biodiesel o gasolina sin plomo
    • Supervisar que los motores de los vehículos no estén en funcionamiento durante los periodos de espera
  • El mantenimiento de la maquinaria es imprescindible, sin embargo requiere del uso de productos (aceites, líquidos de frenos, combustibles, etc.) que pueden manchar y contaminar el suelo, e incluso afectar a la calidad de las agua subterráneas por filtración
    • Realizar mantenimientos periódicos de los vehículos y del resto del equipo de obra para alargar su vida útil
    • Realizar en taller las operaciones de mantenimiento de la flota de vehículos y maquinaria
    • Cuando no sea viable la recomendación anterior podemos impermeabilizar la superficie de trabajo con plásticos o lonas, y posteriormente gestionarlos como un residuo peligroso (igual que hacemos con los trapos sucios)
  • El paso constante de vehículos por zonas no pavimentadas provoca el levantamiento de polvo, que eliminaremos fácilmente mediante riego; sin embargo, provocaremos la dispersión de barro en las zonas colindantes a la obra
    • En emplazamientos urbanos donde se detecte esta problemática se recomienda prever una zona para la limpieza de las ruedas y llantas de los vehículos
  • Una falta de rigor en la limpieza de las herramientas y del utillaje de obra comporta su rápido deterioro y su transformación en residuo
    • Limpiar las herramientas y útiles de obras inmediatamente después de su uso
  • El uso de mangueras es habitual en las obras de construcción, casi tan común como los descuidos a la hora de cerrar el paso de agua y las pérdidas por goteos
    • Utilizar mangueras con llave de paso a la entrada y a la salida de agua
    • Emplear sistemas difusores para reducir el consumo de agua en las tareas de riego de pasos de vehículos, movimiento de tierras, demoliciones, etc.
    • Realizar revisiones periódicas para detectar posibles fugas

Compra de materiales

  • La falta de planificación durante la fase de movimiento de tierras puede llegar a comportar el transporte de tierras adecuadas a vertedero y, posteriormente, ser necesaria la compra de nuevas tierras
    • Programar el volumen de tierras excavadas para minimizar los sobrantes y utilizarlos en el mismo emplazamiento
  • Los productos de construcción pueden estar obligados a tener el marcado de conformidad CE, sin embargo, el fabricante o distribuidor todavía no dispone de él y no existe garantía de que el producto cumpla con los requisitos esenciales en materia de resistencia mecánica y estabilidad, seguridad en caso de incendio, higiene, salud y medio ambiente, seguridad de utilización, protección contra el ruido, ahorro energético y aislamiento térmico
  • Los materiales de construcción requieren un elevado consumo de materias primas y de energía (extracción, fabricación, transporte desde el lugar de suministro hasta la obra, etc.)
    • Escoger elementos reutilizables para el replanteo de la infraestructura de la obra
    • Escoger elementos prefabricados reutilizables para el cerramiento y protección de la obra
    • Utilizar contenedores fabricados con material reciclado
    • Escoger materiales y productos ecológicos con certificaciones o distintivos que garanticen una mejor incidencia ambiental (contenido de reciclado, menor consumo energético, etc.)
    • Intentar que las telas de protección puedan ser aprovechadas para otras obras
    • Planificar las cantidades de productos a comprar ajustándolas al uso final según las mediciones y la experiencia. De este modo se evitarán los excedentes, que pueden llegar a saturar las zonas de acopio y provocar la generación de residuos
    • Dar preferencia a aquellos proveedores que informan al usuario de las características que los componen y del porcentaje de material reciclado que incorporan
    • Dar preferencia a aquellos proveedores que se responsabilizan de la gestión de sus productos (pactando previamente el porcentaje y las características de residuos que aceptarán como retorno). En caso contrario, dar prioridad a los que facilitan información de las opciones de gestión más adecuadas de los residuos producidos durante la puesta en obra de sus productos
  • Los residuos de envases (film de paletizar, cajas de cartón, etc.) representan un volumen considerable respecto a la totalidad del residuo de obra y consumen una elevada cantidad de energía y materia prima para su fabricación
    • Dar preferencia a aquellos proveedores que envasan sus productos con sistemas de embalaje que tienden a minimizar los residuos o que utilizan recipientes fabricados con materiales reciclados, biodegradables, retornables, reutilizables, etc.
    • Negociar con los fabricantes o distribuidores la devolución de envases y de embalajes
    • Comprar materiales al por mayor para reducir la producción de residuos de envases
  • En el momento de comprar productos peligrosos (combustibles, adhesivos, disolventes, productos de sellado, pinturas, barnices, etc.) debemos saber que éstos pueden emitir componentes perjudiciales para la salud del trabajador y ocasionar vertidos contaminantes al suelo o al agua durante su almacenamiento o manipulación
    • Evitar, en la medida de lo posible, el abuso de estos productos y comprar aquellos que tengan un menor impacto ambiental (con etiquetas ecológicas)
    • Solicitar a los fabricantes las fichas de datos de seguridad de los productos que comercializan para poder prever las medidas de seguridad oportunas para su almacenamiento, manipulación y gestión de los residuos durante la fase de planificación Conocer los símbolos de peligrosidad para poder interpretar correctamente las etiquetas y evitar incompatibilidades durante su almacenamiento o durante la gestión de envases que puedan producir emisiones tóxicas, explosiones, etc.
  • Los agentes que favorecen el fraguado, la fluidez y la trabajabilidad de los morteros ocasionan impactos ambientales en su fabricación y en su utilización
    • Procurar que los morteros tengan la menor cantidad posible de aditivos, siempre y cuando sea técnicamente viable

Acopios

  • El almacenamiento inadecuado de los materiales puede ocasionar su deterioro y aumentar la producción de residuos
    • Reservar una zona en la obra para el correcto almacenaje de los materiales y garantizar sus propiedades hasta el momento de su utilización. Prestar especial atención a los materiales de acabado
    • Respetar las instrucciones del fabricante y no sobrecargar los materiales por exceso de apilamientos
    • Proteger los materiales de la lluvia, del sol y de la humedad
    • Planificar la llegada de los productos según las necesidades de ejecución en caso de no disponer del espacio suficiente para tener una zona de acopio de los materiales hasta el momento de su utilización
    • Identificar correctamente los materiales almacenados
    • La distribución de los materiales en orden cronológico a su utilización facilita el trabajo y ahorra tiempo
    • Repartir los materiales en zonas próximas a los tajos donde vayan a ser utilizados
    • Minimizar en la medida de lo posible el tiempo de almacenaje, gestionando los estocs de manera que se evite la producción de residuos
  • La tierra y otros materiales pulverulentos pueden generar polvo durante su acopio y transporte
    • Proteger con lonas los acopios y las cajas de los vehículos
    • Realizar riegos periódicos y utilizar sistemas difusores para reducir el consumo de agua
  • Los productos peligrosos deben almacenarse atendiendo a ciertos criterios para evitar emisiones al aire, al agua y/o al suelo
    • Reservar un espacio en la obra para almacenar correctamente los materiales peligrosos, siguiendo las instrucciones descritas en la ficha de datos de seguridad (FDS)
    • No almacenar conjuntamente productos incompatibles entre sí (consultar cuadro de incompatibilidad entre símbolos)
    • Disponer en la obra de material absorbente para actuar con eficacia ante un posible vertido accidental
    • Disponer de los cubetos de retención necesarios para almacenar los combustibles y otros líquidos peligrosos. De esta manera seremos capaces de recuperar los vertidos accidentales y evitar la contaminación del suelo
    • Tratar los suelos contaminados como un residuo peligroso

Transporte interno

  • El transporte inadecuado de los materiales puede ocasionar daños personales y desperfectos en los productos, transformándolos automáticamente en residuos
    • No cargar en exceso las carretillas, vehículos y palets
    • Utilizar el medio de transporte adecuado al material a transportar

La gestión de los residuos

  • La generación de residuos es un problema común en las obras de construcción y de demolición
    • Para poder realizar correctamente las tareas de supervisión, es necesario conocer los diferentes tipos de residuo y las posibilidades de gestión para cada uno de ellos en el entorno próximo a la obra (conocer los símbolos de peligrosidad, los que representan a los distintos materiales plásticos, etc.)
    • Destinar un espacio en el recinto de la obra para la correcta clasificación de los residuos, respetando el escenario de separación previsto en el Plan de Gestión de Residuos contenido en el proyecto
    • Señalizar convenientemente los contenedores en función del tipo de residuo que puedan admitir
    • Distribuir pequeños contenedores en las zonas de tajo para facilitar la segregación de los diferentes tipos de residuos
    • Formar a los trabajadores y a las subcontratas para que coloquen los residuos en el contenedor correspondiente (según el tipo de residuo, si se prevé o no su reciclaje, etc.) y controlar periódicamente si la clasificación se realiza de acuerdo con las instrucciones
    • Preservar los productos o materiales que sean reutilizables o reciclables durante los trabajos de demolición
    • Registrar las cantidades y características de los residuos que se transportan desde los contenedores hasta los gestores autorizados
    • Guardar los albaranes de transmisión de residuos y de cualquier otro documento que justifique que el residuo se ha gestionado correctamente mediante un gestor autorizado (se haya destinado a vertedero, a reciclaje o a plantas de transferencia, etc.)
  • Las tareas de demolición son las que generan una mayor cantidad de residuos
    • En caso de demolición selectiva, supervisar que se respetan las etapas lógicas de derribo.
    • Primera etapa: desmontaje de los elementos arquitectónicos recuperables que no formen parte de la estructura del edificio y que no sean soporte de otro elemento
    • Segunda etapa: desmontaje de los materiales y elementos reciclables que, como en el caso anterior, no tengan función de soporte
    • Tercera etapa: desmontaje de los elementos arquitectónicos que conformen parte de la estructura o que sean soporte de otro elemento, con apuntalamiento previo
    • Cuarta etapa: desmontaje o derribo de la estructura del edificio, con técnicas y métodos que faciliten la selección in situ de los materiales, para así conseguir un reciclaje posterior más fácil
  • El desmantelamiento de materiales que contienen amianto desprende fibras al aire que pueden perjudicar seriamente la salud
    • Antes de desmontar cualquier elemento con posibilidades de contener amianto (bajantes, cubiertas, etc.), la legislación exige la redacción de un Plan de Trabajo que contemple las medidas de protección a adoptar
  • Los residuos pétreos son los más voluminosos y problemáticos en las obras de construcción
    • Realizar una correcta clasificación para favorecer su posterior reciclaje
    • Evitar la mezcla del material pétreo con materiales derivados del yeso, ya que disminuyen las opciones de reciclaje
  • La descarga vertical de residuos genera polvo
    • Prever la existencia de lonas que impidan la dispersión de polvo
  • Los residuos de cartón-yeso son cada vez más comunes. Si no se colocan ordenadamente en el contenedor, éste se llena con mucha facilidad y estaremos transportando más aire que residuo
    • Consultar al suministrador las opciones de gestión que recomienda para los residuos de sus productos
    • Consultar con la autoridad autonómica competente en materia de residuos el tipo de gestión recomendada para los sobrantes de cartón-yeso.
    • Usar contenedores de volumen apropiado al tamaño de los recortes de cartón-yeso para evitar su rápida colmatación
    • El uso de trituradoras puede ser una buena opción para reducir el volumen de residuo a transportar. No obstante, debemos tomar las medidas oportunas de protección para los trabajadores e incorporar sistemas de aspiración que reduzcan la emisión de polvo
  • Los residuos plásticos de embalaje (film de paletizar, sacos, etc.) suelen llenar rápidamente los contenedores convencionales, por lo que aumenta el número de viajes, el precio de la gestión y la emisión de gases que favorecen el efecto invernadero
    • El uso de big-bags y de contenedores de tamaño más reducido permite optimizar su capacidad y reducir el número de contenedores a transportar
    • El uso de máquinas compactadoras para sacos, films, etc. reduce considerablemente el volumen del material a transportar y aumenta las posibilidades de que el residuo sea aceptado por una empresa de reciclaje
  • Los residuos de productos peligrosos (envases y restos de: siliconas, adhesivos, pinturas, barnices, disolventes, desencofrantes, tierras contaminadas, aerosoles, etc.) también se consideran productos peligrosos y deben gestionarse convenientemente
    • Reservar un espacio en la obra para almacenar correctamente los residuos peligrosos
    • Etiquetar convenientemente cada contenedor según el tipo de residuo peligroso que pueda admitir
    • Tapar los contenedores y proteger los residuos peligrosos de la lluvia, el exceso de radiación, etc.
    • Proteger los contenedores de los golpes cuando estén situados en zonas de tránsito
    • Almacenar los bidones en posición vertical y sobre cubetos de retención para evitar fugas
    • Impermeabilizar el suelo donde se sitúen los contenedores de residuos peligrosos
    • No mezclar los residuos peligrosos con el resto de residuos. Si ocurre, lo más adecuado es gestionar el conjunto como un residuo peligroso
    • Almacenar los residuos especiales como máximo 6 meses en la obra
    • Gestionar los residuos peligrosos contactando con transportistas y gestores autorizados según el tipo de residuo a transportar
    • No verter los residuos líquidos peligrosos por el fregadero, sanitarios o desagües. Gestionarlos mediante un gestor autorizado a tal efecto

Ejecución de la obra

  • La utilización de mallas electrosoldadas en pequeñas superficies genera numerosos recortes
    • Adecuar el uso de las mallas electrosoldadas a la superficie a cubrir
  • Los errores de replanteo (falta de previsión de pasos de conductos, bajantes, etc.) ocasionan residuos y la necesidad de utilizar maquinaria que genera emisiones de ruido y al aire
    • Colaborar con el director de obra para evitar este tipo de errores
    • Replantear con atención la situación de las oberturas para el registro de las instalaciones en los cielos rasos o cerramientos interiores verticales, de manera que tengan la ubicación y dimensión adecuada para evitar residuos superfluos
  • La preparación de morteros y otras pastas puede ocasionar muchos residuos si no se ajusta la superficie a cubrir y el tiempo de fraguado
    • Formar a los operarios para que realicen convenientemente las dosificaciones
  • Las tareas de corte comportan ruido, polvo y restos de material inservible dispersos por toda la obra
    • Siempre que haya suficiente espacio en la obra y se considere operativo desde el punto de vista organizativo, disponer de una zona específica para realizar los trabajos de corte con una correcta ventilación y sistemas de aspiración de polvo
    • Favorecer la reutilización de la mayor cantidad posible de las piezas recortadas
  • La incorrecta manipulación o protección de los materiales de acabado puede ocasionar desperfectos y residuos innecesarios
    • Cumplir las especificaciones y criterios de puesta en obra recomendados por el fabricante del material a colocar
    • Proteger convenientemente los materiales ya colocados de pisadas, generación de polvo, etc.
  • Algunos productos fluidos (pinturas, disolventes, adhesivos, etc.) emiten componentes al aire que pueden perjudicar la salud del trabajador
    • Supervisar que los envases se tapen después de su uso, especialmente al final de la jornada, para evitar la evaporación de sustancias nocivas y el vertido accidental de los productos que contienen
    • Trabajar en espacios ventilados y usar las medidas adecuadas de protección en función del tipo de producto que se esté utilizando
  • La preparación de pinturas con pigmentos o mezclas es una tarea delicada que fácilmente puede ocasionar sobrantes de pinturas de tonalidad no deseada
    • Supervisar la preparación de las mezclas en las operaciones de pintura con el fin de evitar errores y, consecuentemente, residuos
    • Realizar pruebas de tonalidad, controlando las dosificaciones

Buenas Prácticas Ambientales en las Obras de Construcción.

NOTA: Este artículo ha sido creado gracias al Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña - ITeC en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. Pertenece a la publicación Buenas Prácticas Ambientales en las Obras de Construcción. Puedes descargar gratuitamente la publicación¡Atención! Este artículo está sujeto a Derechos de Autor. © ITeC.
El sector de la construcción debe tener en cuenta que:
  • necesitamos más de 2 toneladas de materias primas por cada m2 de vivienda que construimos,
  • la cantidad de energía asociada a la fabricación de los materiales que componen una vivienda puede ascender, aproximadamente, a un tercio del consumo energético de una familia durante un periodo de 50 años,
  • la producción de residuos de construcción y demolición supera la tonelada anual por habitante.
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El análisis del ciclo de vida de un edificio permite intuir con mayor facilidad las consecuencias ambientales que se derivan del impacto de la construcción, que, a grandes rasgos, pueden reducirse a lo siguiente:
  • Los edificios resultantes del proceso constructivo, así como las infraestructuras necesarias para favorecer la accesibilidad, ocupan y transforman el medio en el que se disponen.
  • La fabricación de materiales de construcción comporta el agotamiento de recursos no renovables a causa de la extracción ilimitada de materias primas y del consumo de recursos fósiles.
  • Nuestro entorno natural se ve afectado por la emisión de contaminantes, así como por la deposición de residuos de todo tipo.
La reducción del impacto ambiental de este sector se centra en tres aspectos:
  • el control del consumo de recursos,
  • la reducción de las emisiones contaminantes, y
  • la minimización y la correcta gestión de los residuos que se generan a lo largo del proceso constructivo.
Sin embargo, para poder conseguir nuestro objetivo y contribuir al progreso sin dañar el planeta, será imprescindible:
  • Contar con la colaboración del conjunto de agentes que intervienen en las diferentes etapas del ciclo de vida de una obra de construcción (desde la extracción de las materias primas, hasta la demolición de un edificio etc.). Si cada uno de ellos asume la responsabilidad que le corresponde, será posible aplicar estrategias para la prevención y la minimización del impacto ambiental.
  • Considerar los residuos como un bien, es decir, aprovecharlos como materia prima mediante reciclaje o reutilización, e incorporarlos de nuevo en el proceso productivo, imitando en cierto modo a los ciclos naturales.

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Consumo de recursos naturales

Un recurso natural es aquel elemento o bien de la naturaleza que la sociedad, con su tecnología, es capaz de transformar para su propio beneficio. Por ejemplo, el grado de desarrollo que ha adquirido la sociedad actual ha sido capaz de transformar el petróleo (recurso natural) en una fuente de energía, en plástico, en asfalto, etc.
Los recursos se dividen en renovables y en no renovables. De modo que, cuando nos referimos a la energía que nos llega a través del sol, nos estamos refiriendo a un recurso renovable, que equivale a decir que “no se agota”, mientras que cuando nos referimos al petróleo o a otros combustibles fósiles nos estamos refiriendo a recursos no renovables, pues sus existencias son limitadas y su regeneración depende de un proceso natural que requiere millones de años.
En cualquier caso, debemos tener presente que el aprovechamiento de un determinado recurso natural no debe afectar al equilibrio ecológico que lo sostiene y que es responsable de su existencia. Por ejemplo, en el caso de la madera, será necesario compatibilizar las explotaciones forestales con la regeneración de las mismas mediante replantaciones que produzcan nueva materia prima al ritmo pertinente, pues, de otra manera, estaremos agotando un recurso renovable por definición.
¿Qué recursos necesitan las obras de construcción?
  • Materias primas para fabricar los materiales y los productos necesarios para edificar.
  • Agua para la fabricación y elaboración de los materiales durante la etapa de construcción.
  • Energía para posibilitar la extracción de recursos, su posterior manufacturación y su distribución a pie de obra.

Materiales

De las 2 toneladas de material que necesitamos para edificar un m2 de vivienda, más de la mitad son áridos (casualmente, los residuos de construcción y demolición están constituidos principalmente por material pétreo).
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
  • Realizar demoliciones atendiendo a criterios de desconstrucción.
  • Aprovechar al máximo los materiales.
  • Reutilizar los recortes de obra siempre que sea posible.
  • Reciclar los materiales pétreos y reutilizarlos como subbases en obras de urbanización, como material drenante, etc.

Agua

¿Cómo podemos contribuir al ahorro de agua desde nuestro puesto de trabajo?
  • No desperdiciar los materiales que manipulamos, pues han necesitado de un elevado consumo de agua durante su fabricación.
  • Actuar con responsabilidad en aquellas operaciones que necesitan agua (fabricación de hormigón, de morteros y de otras pastas, curado de la estructura, humectación de los ladrillos, riego de pasos de vehículos no pavimentados, limpieza del equipo y material de obra, etc.).
El uso racional del agua es una práctica elemental y sencilla de aplicar. No se trata de escatimar su consumo, sino de consumir estrictamente la cantidad necesaria.

Energía

La producción de energía está directamente ligada al desarrollo económico de cualquier país, y es precisamente la necesidad de este recurso lo que plantea el debate más punzante de la sociedad actual.
La problemática se centra en dos aspectos básicos:
  • En la dificultad de producir la suficiente energía que permita continuar con el modelo industrial vigente y a su vez mantener el nivel de confort al que estamos acostumbrados (viviendas con calefacción, aire acondicionado, aparatos electrodomésticos varios, como videojuegos, ordenadores, TV, microondas, teléfonos móviles, etc.).
  • En la complicación ambiental asociada a la producción energética. No debemos olvidar que la principal fuente de generación energética de nuestro país tiene su origen en los procesos de combustión de recursos no renovables (gas natural, petróleo y carbón), que producen emisiones de CO2 y provocan el calentamiento nocivo global del planeta, también conocido como efecto invernadero.
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
Tal y como ocurre con el agua, el uso de la energía del que somos responsables durante la etapa de ejecución de un edificio no se ciñe exclusivamente a aquella que usamos para iluminar la obra o para poner en funcionamiento maquinaria específica (electricidad, gasóleo para determinados motores, etc.), sino que también debemos pensar en la importancia de:
  • Aprovechar los materiales que manipulamos, pues han necesitado un elevado consumo de energía, tanto para su fabricación y distribución hasta el punto de suministro, como para el transporte del residuo hasta el punto de tratamiento.
  • Optimizar el transporte y el uso de maquinaria realizando una buena planificación de la obra.

Emisiones al aire, al agua y al suelo

Las emisiones pueden definirse como descargas de contaminantes en el medio, que pueden afectar al aire, al agua o al suelo.

Aire

Las emisiones al aire desde los distintos focos emisores de contaminantes pueden alterar su equilibrio hasta el punto de perturbar la estabilidad del medio y la salud de los seres vivos. Estos focos pueden contaminar por el hecho de añadir determinados gases en la atmósfera y descomponer otros, aumentar el índice de partículas en suspensión (polvo) y de los compuestos orgánicos volátiles (COV), o bien incrementar significativamente los niveles acústicos del medio y deteriorar la calidad ambiental del territorio.
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
  • Comprar productos menos perjudiciales para el medio ambiente y para la salud del usuario, como es el caso de pinturas y disolventes de origen natural o avalados por algún tipo de etiquetado ecológico que garantice un menor impacto.
  • Comprar o alquilar vehículos y maquinaria con un mejor rendimiento y realizar mantenimientos periódicos que aumenten su vida útil.
  • Trabajar en zonas ventiladas durante las tareas de corte, lijado, pintado, sellado, etc., y utilizar sistemas de aspiración y de protección cuando sea necesario.
  • Regar las zonas que levanten polvo durante los trabajos de movimiento de tierras, demolición, etc., especialmente si la obra está emplazada en un entorno urbano.
  • Ceñirnos a los horarios de trabajo y utilizar maquinaria que respete los límites sonoros establecidos por la ley, sobre todo si las operaciones se realizan en un entorno urbano.

Agua

Las emisiones al agua en las obras de construcción suelen estar provocadas por las tareas de limpieza y por los vertidos de productos peligrosos en sanitarios, desagües o en el suelo.
El agua residual de la red de saneamiento de las ciudades va a parar a las depuradoras, y de ellas al mar, o incluso al riego de cultivos cuyos frutos posteriormente consumiremos directamente, o indirectamente a través de la ingestión de lácteos, pescados y carne de animales que se alimentan de ellos o que nadan en aguas cada vez más contaminadas.
Cuantas más impurezas transporte el agua, más difícil resultará realizar las tareas de depuración y, por consiguiente, mantener el equilibrio del planeta.
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
  • Realizar un control exhaustivo para limitar al máximo este tipo de vertidos.
  • Utilizar medios de depuración o decantación de partículas sólidas para mejorar la calidad del agua residual.
  • Subcontratar a aquellas empresas (cuya actividad tiene un mayor riesgo de contaminar) que ofrecen garantías a la hora de gestionar los residuos de los productos que manipulan.

Suelo

El suelo es un recurso no renovable a corto y medio plazo que se caracteriza por una gran vulnerabilidad.
La emisión de sustancias contaminantes al suelo (vertidos de combustibles, aguas de limpieza y productos peligrosos, etc.) puede desestabilizar su orden natural como consecuencia de la disminución o aniquilación de la capacidad de regeneración de vegetación, y como consecuencia de la filtración de las sustancias contaminantes hasta las aguas freáticas que alimentan nuestros depósitos de agua potable o redes de riego.
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
  • Realizar un control exhaustivo para limitar al máximo este tipo de vertidos.
  • Conectar los sanitarios provisionales de obra a la red de saneamiento o contratar a empresas que utilicen sistemas específicos de depuración, etc.

Generación de residuos

La industria de la construcción y demolición es el sector que más volumen de residuos genera, siendo responsable de la producción de más de 1 tonelada de residuos por habitante y año.
Los residuos de las obras de construcción pueden tener diferentes orígenes: la propia puesta en obra, el transporte interno desde la zona de acopio hasta el lugar específico para su aplicación, unas condiciones de almacenaje inadecuadas, embalajes que se convierten automáticamente en residuos, la manipulación, los recortes para ajustarse a la geometría, etc.
El impacto asociado a los residuos de construcción está relacionado con:
  • Los vertidos incontrolados.
  • Los vertederos autorizados, sobre todo si en ellos no se lleva a cabo una gestión correcta.
  • El transporte de los residuos al vertedero y a los centros de valorización.
  • La obtención de nuevas materias primas que necesitaremos por no haber reutilizado los residuos que van a parar al vertedero.
¿Cómo podemos contribuir desde nuestro puesto de trabajo?
Para obtener mejoras eficaces en la gestión de residuos es necesario definir una jerarquía de prioridades. En orden de importancia, éstas son:
  • Minimizar el uso de materias y recursos necesarios. Es decir, reducir el consumo de materias primas así como el uso de materiales que puede
  • Reducir residuos. Evitar las compras excesivas, el exceso de embalajes, etc., y evitar que los materiales se conviertan en residuos por acopios, transporte o manipulación inadecuados.
  • Reutilizar materiales. Aprovechar los materiales desmontados durante las tareas de derribo que puedan ser utilizados posteriormente, reutilizar los recortes de piezas cerámicas, azulejos, etc.
  • Reciclar residuos. Realizar una clasificación correcta para favorecer esta acción.
  • Recuperar energía de los residuos. Destinar a centrales de incineración aquellos residuos que puedan servir de combustible para la producción de energía.
  • Enviar la cantidad mínima de residuos al vertedero.n dificultar o imposibilitar su reciclabilidad o su reutilización posterior.

Los sistemas de producción industrializada y los avances en tecnologías y en los sistemas de transporte han conseguido:
  • Abaratar los materiales de construcción hasta tal punto, que en muchas ocasiones los excedentes de las obras no se aprovechan sino que se convierten directamente en residuos destinados a vertedero.
  • Fomentar la producción de materiales de nueva generación, con mayores prestaciones, pero que necesitan un elevado consumo de recursos y de energía, y tienen el inconveniente de emitir una mayor cantidad de contaminantes a la atmósfera, al agua y al suelo.
Si tenemos en cuenta que la capacidad del planeta para asimilar los contaminantes que genera nuestra sociedad es limitada, y que los recursos de que disponemos también lo son, es imprescindible detenernos a reflexionar sobre la necesidad de hacer una buena elección y un correcto uso de los materiales, para evitar, en la medida de lo posible, que se transformen en residuo por falta de planificación o simplemente, porque cada vez es más común practicar el insostenible hábito de “usar y tirar”.
La solución es sencilla: primero, consumir lo que realmente necesitamos, sopesando las prestaciones y el impacto ambiental a la hora de decantarnos por uno u otro material; después, fomentar la reutilización y el reciclaje.